En Toledo cualquier calle, cualquier rincón, esconde una fascinante leyenda. Si alguna ciudad española mereciera el título de la ciudad de las leyendas, sin duda, una de las mejores candidatas sería Toledo. ¿Queréis conocer algunas de las más populares?
El pozo amargo: en la calle del mismo nombre que el viajero puede encontrar en Toledo, hay un pozo de agua salobre no apta para la bebida. Cuenta la leyenda que dicho pozo, en aquel entonces de agua potable, era propiedad de un judío llamado Levi, que al enterarse de que su hija estaba enamorada de un joven cristiano, lo asesinó y lo arrojó a este pozo. Desesperada, la hija se tiró también al pozo, en cuyo fondo halló descanso eterno junto a su amado. Desde aquel día las aguas se tornaron amargas y el viejo judío se quedó sin hija y sin agua potable.
La cueva de Hércules: algunos cronistas de la ciudad aseguran que fue fundada por el mismísimo Hércules. La leyenda cuenta que levantó un majestuoso palacio en el peñasco toledano. Dentro del palacio situó un cofre misterioso, advirtiendo de nefastas consecuencias para todo aquel que se atreviera a abrirlo. Don Rodrigo, el último de los reyes visigodos, profanó esta morada y el cofre sellado, que contenía un pergamino que avisaba de la conquista musulmana. Acto seguido, al palacio se lo tragó la tierra y lo único que quedó de él fue lo que los toledanos llaman “La cueva de Hércules”.
La mesa del Rey Salomón: otros relatos han situado en esta cueva de Hércules la legendaria Mesa del Rey Salomón, donde dice la leyenda que el citado rey descendiente de David escondió todo el conocimiento del universo, la fórmula de la creación y el nombre verdadero de Dios, el Shem Shemaforash, que no puede ser pronunciado ni escrito. Según la leyenda autóctona la mesa habría pasado de Jerusalén, a Roma y luego a Toledo. Existe la creencia de que después de la toma de Toledo por Tariq, la mesa había pasado a Medinaceli y después se perdería su rastro, mientras que otras fuentes aseguran que continúa en Toledo, o al menos en España…
El Hombre de Palo: en realidad ésta es una leyenda a medias, porque el hombre de palo existió… Muchos de los visitantes de la ciudad de Toledo habrán pasado por la Calle del Hombre de Palo y quizá se hayan preguntado por qué se llama así. En el S.XVI, el genio, inventor, relojero y arquitecto Juanelo Turriano construyó un autómata de madera, con la misión de pedir limosna por las calles. Las versiones más increíbles de esta historia, que la han convertido en leyenda, aseguran que este muñeco era capaz de andar en busca de sus limosnas y que incluso se inclinaba para hacer reverencias cuando recibía alguna. Por desgracia, se cree que el hombre de palo ardió en la hoguera víctima de la Inquisición. Esta leyenda ha dado lugar a cortometrajes de animación y comics.
La piedra del Rey Moro: una leyenda de la época de dominación musulmana. Después de perder Toledo, el sultán levantó sobre este peñasco de Toledo, sobre la curva del río Tajo, y allí se lamentaba por la pérdida de la ciudad y de su amada, cautiva de los cristianos. Con el tiempo, este rey falleció en una batalla y cuenta la leyenda que fue enterrado en este lugar. Se dice que todas las noches el rey moro se aparece sobre la piedra, que si se mira bien de perfil parece la efigie de un moro con turbante.
En la ciudad hay muchas más leyendas, como la del fantasma de Abenzaide o la de los duendes orfebres del Tajo. ¡Os invitamos a descubrirlas visitando este ilustre lugar!
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