Los distintos caminos de Santiago
La mística ruta que los peregrinos siguen para llegar a Santiago de Compostela es conocida en todo el mundo. Personas de todas partes recorren la ruta que parte desde Francia y atraviesa el norte de España. Pero este no es el único Camino de Santiago que existe.
Pensadlo bien, ¿qué debía hacer un peregrino que vivía en Sevilla, Valencia o Granada? Evidentemente no iba a recorrer un camino desde su ciudad hasta la primera parada española del tradicional Camino Francés, en Roncesvalles, pues supondría prácticamente una peregrinación por una peregrinación.
Hay diferentes caminos que transcurren por la península ibérica y hacerlos es igual de válidos para conseguir la credencial de peregrino. De hecho muchos peregrinos españoles que hacen el camino francés vuelven al año siguiente a Santiago por otra ruta.
¿Cuáles son esos otros caminos?
Comenzamos por el Camino del Norte, también llamado “de la Costa”. Comienza en Irún (País Vasco) y recorre toda la costa cantábrica. Pasa por ciudades como San Sebastián, Bilbao, Santander o Lugo. Cuentan que es una ruta menos masificada, pero esto tiene sus inconvenientes, como la falta de señalización o de albergues; ¡pero seguir la ruta con el mar a la derecha tiene un encanto inigualable!
También de Irún parte el conocido como Camino Vasco interior; pero este camino no sigue la costa, sino que baja por La Rioja y Burgos hasta unirse con el Camino Francés. Pensad en el río afluente de un río principal.
Otro “camino afluente” sería el Camino Aragonés, que parte del pueblo fronterizo de Somport, atraviesa Jaca (Aragón) y se une al Camino Francés en Puente de la Reina (Navarra). De este se cuenta que fue una de las primeras rutas hacia Santiago.
Hablando de “primeras rutas”; también existe el llamado Camino Primitivo, que sería el primer Camino de Santiago del que se tiene una referencia escrita. Fue el que hizo allá por el siglo IX el rey Alfonso II al saber que en Compostela se habían descubierto los restos del apóstol Santiago. Habría partido desde la ciudad de Oviedo para ver personalmente las reliquias.
Más historia aún tiene la llamada Vía de la Plata, que era el camino que seguían los peregrinos que salían de Sevilla; y es que esta ruta existe desde antes de los tiempos cristianos. Nos explicamos: esta era la ruta que, en tiempos de los romanos, comunicaba las importantes ciudades de Asturica Augusta (Astorga), Augusta Emerita (Cáceres) e Hispalis (Sevilla). Los cristianos del sur de la península supieron aprovechar esta ruta pavimentada para hacer más fácil la peregrinación.
Durante la época de Al-Andalus también hubo cristianos, los mozárabes, que hicieron la peregrinación. Partían desde Granada y llegaban hasta Cáceres, donde se incorporaban a la Vía de la Plata. Un camino que muchos consideraban peligroso debido a las luchas propias de la Reconquista.
Sin embargo el que se tuvo por más peligroso fue el Camino Gallego, también conocido como Camino Inglés. Esto era debido a que para los peregrinos que lo hacían, en su mayoría ingleses, el camino empezaba en el puerto del que salían sus barcos. Se cuenta que estos viajeros consideraba que ir desde los muelles de Ferrol hasta Santiago era lo de menos: sobrevivir al traicionero Atlántico Norte había sido la verdadera prueba de fe.
También llegaban por barco algunos peregrinos de los países de la cuenca mediterránea. Estos tomaban tierra en el puerto de Valencia y, desde ahí, atravesaban lo que hoy es Murcia, Castilla La Mancha, parte de Madrid y Castilla León hasta incorporarse al camino francés en Burgos. Este era el llamado Camino de Levante.
¿Sorprendidos de que haya tantos caminos? Cada uno de ellos tiene sus leyendas, sus gentes y sus experiencias, todas ellas dignas de vivir y conocer. Ya sabéis lo que dijo aquel poeta español: “se hace camino al andar”.