Cualquiera que haya vivido los derbis de la capital de España habrá visto cuánta rivalidad hay entre ambos equipos, cuánta adrenalina, cuánto sufrimiento generan los encuentros entre merengues y colchoneros, entre vikingos e indios, entre blancos y rojiblancos.
El enfrentamiento tiene incluso algo de mítico porque, como seguro sabéis, enfrenta a dos dioses, Cibeles y Neptuno. Si gana el Madrid, sus aficionados se acercan a la fuente de la diosa; si el Atleti gana, sus aficionados toman la del dios del mar. Pero, ¿de dónde viene?
Estadio Santiago Bernabéu (Real Madrid)
Se dice que la competencia entre Real Madrid y Atlético de Madrid va más allá de lo deportivo. El argumento recurrente afirma que el Real Madrid es el equipo de las élites, de los ricos, mientras que el Atlético es el equipo de las clases humildes. En realidad hay aficionados de todas las clases sociales en ambos equipos.
Según muchos aficionados el origen de la rivalidad data del año 1903, cuando el Atletic de Bilbao gana la final del Campeonato de España al Madrid. Al acabar el partido unos estudiantes de la Escuela de Ingenieros de Minas, todos aficionados del Atletic, deciden que hace falta un equipo como el de Bilbao en la capital. Menos de un mes más tarde nacía el Athletic Club de Madrid, filial del de Bilbao.
Esadio Vicente Calderón (Atlético de Madrid)
En contra de lo que muchos creen el Atleti no nació con la intención de acabar con la hegemonía del Real Madrid pues se sabe que en 1903 ya había otros equipos en la capital como el Español, el Moncloa F.C., El Iberia o el Moderno. Otra cosa es que en el tiempo que transcurrió entre la fundación del Atlético de Madrid y su desvinculación del de Bilbao – en 1923- esos clubs fuesen absorbidos por el Real Madrid. Quizá sea precisamente esa circunstancia, la de un club que absorbe a otros frente a uno que nació como una sencilla filial de un equipo consagrado, aquella en la que se base el argumento del equipo rico contra el equipo humilde, ahora que lo pensamos.
Como ya adelantábamos en el párrafo anterior el Atlético de Madrid paso a ser club por derecho propio en 1923, pero al ser un club amateur no pudo enfrentarse al que sería su eterno rival hasta 1929. Un partido que, por cierto, ganó el Real Madrid.
Esa es la fecha que marca el principio del desencuentro, de la rivalidad una veces cordial y otras veces más intensa. Sin embargo es curioso ver como la historia de ambos clubes se ha cruzado más de una vez.
Poca gente sabe esto… pero se dice por ahí que los primeros en celebrar un título en la Cibeles fueron los aficionados del Atlético de Madrid; fue en 1977 y los rojiblancos acababan de ganar el título de Liga. Posteriormente, en los años 80 del siglo XX, el monumento fue usado también por los aficionados del Real Madrid, por lo que los del Atlético decidieron trasladar las celebraciones a la cercana fuente de Neptuno.
Lo que sí es llamativo es la cantidad de jugadores de un equipo que pasaron al otro. El mítico Luis Aragonés, jugador y entrenador emblemático del Atlético, comenzó su carrera en el Real Madrid, aunque nunca jugó oficialmente con el equipo blanco. Raúl González, el jugador más prolífico del Real Madrid, comenzó su carrera en las filiales del Atlético de Madrid. Hugo Sánchez, uno de los mejores futbolistas del siglo XX, pasó del Atlético al Real Madrid. Otro integrante de la “Quinta del Buitre”, Bernd Schuster, fue del Real al Atlético y ganó dos Copas del Rey para los rojiblancos. Si preguntáis a los aficionados os darán más nombres.
La confrontación entre ambos equipos es mucho más que un asunto deportivo; hablamos de algo casi social, de una actitud ante la vida. Por ejemplo: los aficionados del Real Madrid se han ganado fama de exigentes, de no tolerar fallos, de ser inclementes en sus críticas incluso a sus jugadores; por otra parte los del Atlético siempre han sido considerados sufridores, sacrificados y leales a sus colores hasta límites insospechados. Se trata incluso de una distinción que afecta a sus propios presidentes: mientras los del Madrid han tenido fama de estrictos y serios los del Atlético siempre han sido considerados más cercanos y socarrones.
Se podría seguir analizando esta rivalidad (de hecho existen numerosos libros y estudios sobre ella); pero en resumen podéis ver que ser de uno u otro equipo es mucho más que elegir colores para un partido: es elegir toda una actitud ante la vida con el fútbol como metáfora. Como diría el mítico atlético Luis Aragonés “ganar, y ganar, y ganar, y volver a ganar, y ganar, y ganar, y ganar, y eso es el fútbol, señores” o bien… como dijo el legendario madridista Alfredo Di Stéfano “Ser segundo es ser el primero de los últimos”.