España en primavera y principios de verano
Probablemente la primavera y el principio del verano es la época ideal para descubrir nuestro país: el crudo invierno se ha ido y todavía quedan unos meses para que lleguen las temperaturas más tórridas del verano. Una época de temperaturas suaves en cualquier lugar de nuestro país, lo que supone que en una misma semana el viajero puede ir de la alegre Sevilla a la mística Santiago de Compostela sin que el tiempo cambie significativamente.
Los días entre estas dos estaciones están llenos de color y alegría, y se nota especialmente en España. Muchas ciudades celebran festivales para dar la bienvenida a la estación de las flores. Las hay archiconocidas como la feria de abril de Sevilla, un compendio de todo lo que es Andalucía respecto a sus fiesta, música y gastronomía; y las hay más desconocidas, como la madrileña feria de San Isidro, que se celebra en mayo y en la que se pueden degustar unas magníficas y típicas rosquillas glaseadas.
Los paisajes españoles también cobran una importancia y belleza sin igual. Un bonito ejemplo lo podemos ver en el valle del Jerte, en Cáceres (Extremadura), donde millones de cerezos florecen creando un ambiente prácticamente mágico; también esta es una época idónea para realizar rutas de senderismo como la del Bosque de Oma, en Vizcaya, con sus árboles decorados con figuras geométricas y ojos obra del artista Agustín Ibarrola.
Pero seguramente estos días en los que la primavera termina y el verano va llegando constituyen la época perfecta para realizar la gran ruta que transcurre por España: la ruta mística y espiritual del Camino de Santiago. Si queréis vivir una experiencia que os maravillará y os transformará, haceos peregrinos durante unos días. ¡Os parecerá duro, pero al ver la Catedral de Santiago desde el monte del Gozo sentiréis que el esfuerzo mereció la pena!
Si sois más urbanos, pero queréis pasar un rato entre la naturaleza podéis dar un paseo por alguno de nuestros grandes parques, y en especial los jardines botánicos como los de Madrid o Valencia, en los que podréis encontrar especies de todo el mundo rivalizando en belleza y color.
Pero si no os gusta demasiado eso de andar entre plantas también podéis disfrutar ¡y de qué manera! en las primeras terrazas que los bares y restaurantes colocan a pie de calle. ¡Un pequeño reposo tras una larga tarde de callejeo se puede convertir en todo un homenaje gastronómico gracias a tapas y raciones de todo tipo y sabor!
De todo tipo y sabor son también los festivales que podéis disfrutar en España. Los hay de todo tipo y condición: alternativos, de música electrónica, el heavy más puro y duro… ¡Una cita con la que todo gusto quedará satisfecho!
Un momento… estamos hablando de buen clima, sol, preciosos paisajes… ¡Y se nos estaba olvidando hablar de la playa! Sí. En algunas costas españolas el tiempo invita a bañarse y a tomar el sol. Además, si vais ahora encontraréis la playa prácticamente para vosotros solos. Ahora bien… ¡tened cuidado, que el agua puede estar todavía bastante fría!
España a finales de primavera y principios de verano tiene muchísimo que ofrecer. ¡No te pierdas nada!