Cuando cae el sol y las luces iluminan su maravilloso paisaje urbano, Barcelona de repente parece distinta... una luz perfecta para admirar y analizar la atracción más emblemática e impresionante: la Iglesia de la Sagrada Familia.
La Iglesia de la Sagrada Familia está considerada como la obra maestra definitiva del arquitecto Antoni Gaudí, el mayor exponente del movimiento del Modernismo catalán que revolucinó Barcelona. Diseñado con proporciones épicas y con una decoración sin igual, Gaudí dedicó las últimas décadas de su vida casi exclusivamente a este proyecto; de hecho, incluso se instaló y vivió en una tienda de campaña en el solar de la iglesia. Cuando murió en un extraño accidente en 1926, su proyecto no estaba ni lejos de finalizarse. De hecho, sigue en construcción -como ha sido durante los últimos 100 años- hoy en día.
La decoración de la iglesia e incluso su estructura combina un fuerte simbolismo católico con motivos naturales, y una imaginación creativa emana de cada rincón. El edificio parece moldeado de la tierra, y se alza del suelo con ocho altísimas agujas con forma de huso y tres grandes fachadas, dos de las cuales están ya completadas.
A pesar de su estado en construcción e inacabado, la Iglesia de la Sagrada Familia puede ser visitada, explorar su interior, fotografiar su exterior y subir a sus torres. Ha sido uno de los mayores reclamos de España durante años, y no te costará mucho darte cuenta de por qué.