Las Pinturas Negras
Las Pinturas Negras, las más famosas y escalofriantes pinturas de Francisco de Goya, en realidad no fueron pensadas para ser vistas por nadie más que el propio autor.
Una década después de las Guerras Napoleónicas, y ya completamente sordo, un amargado Goya se mudó a una casa en las afueras de Madrid conocida como la 'Quinta del Sordo', pues el anterior propietario también estaba sordo. Allí, en su aislamiento, Goya comenzó a expresar su tumulto y confusión internos pintando directamente sobre las paredes de la casa con pintura al óleo.
Las Pinturas Negras nunca fueron nombradas ni explicadas por el pintor. Una vez encontradas y montadas sobre lienzo para su exposición en el Museo del Prado de Madrid, los historiadores del arte nombraron el conjunto de 14 piezas como las "Pinturas Negras", así como cada una de la serie. Esto ayuda a identificarlas, pero hay que tener en cuenta durante nuestro estudio que puede que ésa no fuese la intención del artista, y el nombre de la obra puede no servir para descifrar lo representado.
El nexo de unión de estoas 14 escenas pesimistas es un mismo esquema cromático en todas ellas: prácticamente todas contienen una mezcla de negro y distintos tonos de marrón iluminados por un sucio amarillo-ocre que añade una luz tenue a las escenas para destacar ciertos elementos. Tan solo un par de cuadros rompen este patrón con salpicaduras de rojo, azul o blanco puro.
Alguna de las más famosas Pinturas Negras denotan un tono violento y vicioso como el de "Saturno devorando a su hijo" o "Duelo a garrotazos", y mucha gente asume que la serie completa gira en torno a este tema. Sin embargo, algunas de las imágenes representan escenas extrañas y pesadillescas, como "Pero Semihundido" o "El gran cabrón / Aquelarre", o estudios puramente melancólicos como la figura de luto en "Leocadia" o las expresivas caras de "Dos viejos comiendo sopa".
Las pinturas menos conocidas de esta serie, aunque igualmente espectaculares, demuestran que las "Pinturas Negras" son fruto de algo más que la rabia y el enfado. La furia interior de Goya es fácilmente identificable cuando miramos a Saturnos arrancar el brazo de su hijo, pero las otras pinturas le añaden una dimensión más a Goya, permitiéndonos ver que su estado mental era bastante más complejo. Si observamos los rostros de la gente, gran parte de ellas grotescas y nigromantes en sus expresiones, descubrimos que Goya fue más allá de la ira, y que su sordera le permitió profundizar en el alma humana, revelando en el exterior lo que la naturaleza humana intenta mantener tan celosamente oculto en el interior.
Muchas de las "Pinturas Negras" de Goya se han convertido en icónicas, tanto en el mundo del arte como en la cultura española contemporánea. El ejemplo más evidente, "Duelo a garrotazos" ha venido a representar una premonición de la lucha entre la España nueva y la vieja. Bigas Luna recrea este cuadro en la escena final de su película de 1992, "Jamón, Jamón". Reemplazando los garrotes por patas de jamón, Luna se apropia de la imaginería goyesca para resaltar el peligro de venderse a la modernización (ver Cine español para más información).
Las Pinturas Negras están expuestas en el Museo del Prado de Madrid, y consisten de las siguientes obras:
- La romería de San Isidro
- Saturno devorando a su hijo
- Un viejo y un fraile
- El Gran Cabrón (Aquelarre)
- Leocadia
- Duelo a garrotazos
- Perro Semihundido (o El Perro)
- Judith y Holofernes
- Dos viejos comiendo sopa
- Hombres leyendo
- Mujeres riendo
- Las Parcas
- Procesión del Santo Oficio
- Asmodea