Tocino de cielo
¿Es el “tocino de cielo” el postre perfecto? No lo sabemos, pero sí lo tiene todo para serlo: es fácil de preparar, es delicado, delicioso y hasta cierto punto ligero. Por si fuera poco tiene una historia de lo más curiosa. Vamos a ser rápidos y concisos para ir a lo que importa, que es la receta.
La primera mención al tocino de cielo data de 1324 y viene del Convento de Espíritu Santo de Jerez de la Frontera. Por aquella época se utilizaba clara de huevo para clarificar el vino. ¿Qué se hacía entonces con las yemas? Se daban a las monjas para hacer postres, uno de los cuales era el tocino de cielo.
Ahora vamos con la receta: lo bueno del tocino de cielo es que se puede partir en porciones al gusto del consumidor, así que os daremos las cantidades para un molde “normal”. Necesitaréis:
- 7 yemas de huevo, 3 huevos
- 400 gramos de azúcar
- 250 ml de agua.
Aparte haremos caramelo líquido, así que os harán falta:
- 100 gr de azúcar
- Una cucharada de agua.
Bien, comenzaremos mezclando los 250 ml de agua con los 400 de azúcar: ponemos a calentar la mezcla a fuego medio y mezclamos durante unos 5 minutos, dejamos enfriar y aparte batimos las yemas de huevo con los huevos; añadimos lentamente esta mezcla al agua azucarada. Mientras lo dejamos reposar un par de minutos haremos el caramelo mezclando los 100 gramos de azúcar con la cucharada de agua y poniendo a calentar en un cazo hasta que quede dorado.
A continuación echad el caramelo en el molde y sobre él la mezcla de huevos y agua azucarada. Envolved el molde en papel de aluminio, metedlo en una olla con agua y ponedlo en el horno a 170º durante 40 minutos. Pasado este tiempo sacad el recipiente del horno, desenvolved, dejad que se enfríe y metedlo en el frigorífico hasta que esté bien frío. Si todo ha salido bien podréis desmoldar el tocino de cielo como un flan.
¡Y si está bien hecho os sorprenderá lo bien que puede saber una receta con sólo un par de ingredientes!