A la fuerza ahorcan
Muchas veces, en el trabajo y fuera de él, hemos hecho cosas en contra de nuestra propia voluntad, cosas que hemos tenido que aceptar con resignación porque si no nos arriesgábamos a perder algo o salir mal parados. A este tipo de cosas se refiere este refrán, “a la fuerza ahorcan”.
La imagen, lo sabemos, es muy gráfica: alguien que va camino de la horca para cumplir una condena. El reo, por supuesto, no va por gusto, sino por imposición, porque alguien así lo ha decidido por él y está obligado a cumplirlo. Y es esta actitud de conformidad final es la que inspira el dicho.
Por ejemplo, recordad esa asignatura del colegio que tan poco os gustaba, pero que teníais que estudiar porque si la suspendíais no podríais disfrutar todo lo que os hubiese gustado de las vacaciones en la playa. Estudiasteis y aprobasteis la asignatura “porque a la fuerza ahorcan”.
Bueno… ahora que lo pensamos sí que el dicho puede ir más allá de la metáfora. Al fin y al cabo ¡cuántos problemas que se han resuelto “a la fuerza” nos han hecho perder la cabeza o nos han dado sensación de ahogo!