Lo bueno, si es breve, dos veces bueno
Pocas veces se llega a saber quién es el autor de un refrán y este es uno de esos casos. El dicho que habéis leído es elocuente y poco hay que comentar sobre él. A la vista está que significa que hasta lo bueno en exceso es malo o acaba por aburrir.
El autor fue un escritor aragonés del siglo XVII llamado Baltasar Gracián y al que conocen casi todos los colegiales por las clases de literatura. En su obra predominan los aforismos cortos y sencillos, a menudo con varios significados, que esconden enseñanzas filosóficas o morales, por lo que se puede decir que este autor es un refranero en sí mismo.
Y como suele pasar con los refranes, este dicho tiene una segunda parte que es poco conocida. Nuestro “Lo bueno si breve, dos veces bueno” termina con un “Y aun lo malo, si poco, no tan malo”. Es decir, que lo bueno es exceso puede ser perjudicial pero lo malo en una pequeña dosis puede hasta ser beneficioso. ¿Quién no ha acabado aborreciendo a una persona chistosa después de varias horas con ella?, ¿quién no ha aprendido algo tras pasar unos minutos con alguien antipático?
Un bonito refrán que debemos a un erudito con el que quizá nos volveremos a encontrar. Ya os avisaremos.