Quien fue a Sevilla perdió su silla
Este refrán se utiliza cuando, debido a una ausencia, hemos resultado perjudicados por alguna circunstancia. Por ejemplo: tenemos la mejor silla del concierto, nos levantamos para buscar un refresco y, al volver, nos hemos encontrado con que alguien nos ha quitado el puesto.
Pero, ¿qué tiene que ver la esplendorosa ciudad andaluza con el robo de asientos? Hay una curiosa historia detrás.
En el siglo XV el arzobispo de Sevilla, Alonso de Fonseca –apodado "el Viejo"- partió a Galicia para resolver unos asuntos en Santiago de Compostela. Como pensaba que lo único de confianza era la familia cedió su posición de poder a su sobrino, Alonso de Fonseca – apodado "El Mozo"- durante su ausencia. ¡Cuál sería la sorpresa del Fonseca viejo cuando volvió a Sevilla y se encontró con que su joven sobrino no quería devolverle el puesto de la silla arzobispal!
Claro... os preguntaréis "¿Pero entonces el refrán no debería ser quién se fue de Sevilla perdió su silla?" Eso nos preguntamos nosotros. Seguiremos investigando.